🇪🇸La Física del Amor

Israel Centeno

El universo no se sostiene en la materia,

sino en la relación.

Entre cada núcleo y su partícula orbitante

se extiende un abismo —

un silencio tan vasto

que disuelve toda idea de solidez.

Estamos hechos de distancia.

Compuestos de fuerzas que nunca se tocan,

y, sin embargo, lo sostienen todo.

Gravedad, magnetismo,

la fuerza débil y la fuerza fuerte:

los cuatro pilares invisibles

que sustentan lo visible.

Un error menor que cero

bastaría para devolverlo todo a la nada.

Y, sin embargo,

permanece.

Las constantes permanecen.

¿Quién sostiene esa precisión?

¿Quién insufla coherencia al caos?

El físico lo llama simetría.

El místico lo llama Dios.

Estos poemas no hablan de la materia,

sino de lo que la une;

no del tiempo,

sino de lo que lo hace sagrado.

Habitan el espacio

entre la partícula y la onda,

entre Kronos y Kairos,

entre la existencia y el Ser.

En ese espacio,

solo el amor hace contacto.

ENTANGLEMENT

La materia no es sólida;

nadie se toca.

Solo el amor

hace contacto.

Túnel:

pasaje sin distancia,

tránsito de lo invisible.

Lo que fue, ya es.

Conciencia:

campo que no cesa,

onda que no viaja,

presencia

sin antes ni después.

Y Dios

restaura

lo que pasó.

Nada se roza;

todo se atrae y se repele,

campo en tensión,

presencia sin contacto.

Superposición

que solo el amor observa.

LA CONSTANTE

Nada se sostiene por sí mismo;

ni la luz,

ni la gravedad,

ni la fuerza que ata el núcleo.

Un error menor que cero

bastaría

para deshacerlo todo.

Y, sin embargo,

permanece.

Un orden sin causa visible,

un pulso que no varía.

El misterio

no es la materia,

sino

quién mantiene

sus constantes.

LAS CUATRO FUERZAS

Gravedad:

tensión del abismo,

curvatura del ser.

Electromagnetismo:

luz que ordena el movimiento,

vínculo entre lo visible y lo pensado.

Fuerza fuerte:

nudo del núcleo,

la fidelidad de la materia.

Fuerza débil:

paso de lo que muere

a lo que aún puede ser.

Cuatro constantes;

una sola respiración del mundo.

KAIROS

Medimos el tiempo como Kronos:

sucesión, desgaste, medida.

Sin embargo,

Kairos nos acerca al Ser,

a la plenitud que no pasa,

al instante que no transcurre

porque ya es.

CONTACTO

Entre el núcleo

y las partículas de un átomo

media un vacío inmenso.

La materia no es sólida;

nadie se toca.

Solo el amor

hace contacto

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